martes, 14 de agosto de 2012

Pour L'éternité

Parecían embriagarse uno del otro bebiendo un jugo de durazno mientras platicaban con cierta timidez e intriga, tengo la intuición de que las horas se habían hecho cómplices esa noche... no corrieron.
Poco a poco la gente fue dejándolos solos en el bar, parecían ser cómplices también. Ella de apoco perdió la verguenza y fué riendo cada vez más fuerte, él bromeando como siempre acerca de la economía se despojó de su abrigo.
Esta vez ambos eran mas audaces, comprobando con cada palabra que eran el uno para el otro. Inevitablemente habían dado un rostro a su sueño de amor ideal, sí, el jugo o tal vez la conversación los estaba enamorando.
-La noche aún es joven.-Decía él mientras la miraba a los ojos.
-Es hora de cerrar.-Contradijo el mesero
Protestando y casi a la fuerza abandonaron el sitio y caminaron sin rumbo cojidos de las manos por la oscura carretera, esta vez sin mediar palabras... el frío trajo consigo al silencio, mientras este traía consigo al primer beso. De seguro el mesero y el frío también eran cómplices.


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