martes, 14 de agosto de 2012

Para mi querido Jerel.

No te fuiste de mí,
te quedaste en tus cosas,
en tu cama revuelta,
en tus libros abiertos ,
en tu ropa tirada que ha quedado trabada como en un abrazo.
En tu foto sonriente,
en tus pantalones viejos,
celándome tus cosas siempre vigilantes.
Los pondré de mi parte cuando se enteren que también los dejaste.
Como los zapatos que dejaste tirados.
Uno boca abierta al cielo y el otro desatado.
Como tus zapatos, incompletos, gastados.
Hermosos juntos, imperfectos separados.
No te fuiste de mí,
te quedaste en tus cosas ,
en tus libretas viejas que confinan tu historia ,
en una serie larga de dibujos con lápiz y días arrancados.
Tus cartas con mi nombre han quedado tiradas,
parecen como ahogadas después de haber sido leídas
y haber tragado el aire envenenado que amparaba tu almohada.
Como los zapatos que dejaste tirados.
Uno boca abierta al cielo y el otro desatado.
Como tus zapatos, incompletos, solos, gastados.
Hermosos juntos, imperfectos separados.






No hay comentarios:

Publicar un comentario