martes, 28 de febrero de 2012


Yo amo a los pájaros, pero más aún los admiro por las mañanas, después de una noche de tormenta cuando suelo ver destruidos los nidos en las veredas de las plazas, cerca de los árboles donde estaban construidos. 

Pero también por la mañana de ese mismo día les he oído cantar mientras acarrean material para construir otro nido, tal vez mejor, tal vez más fuerte. 

Seguramente los pájaros habrán callado un momento por su nido roto, pero sólo un momento, ellos saben que no sirve llorar frente a las ruinas más de lo aceptable, hay que empezar de nuevo. 

Pronto el nuevo nido estará armado y si otra tormenta llegara a derribarlo, una y mil veces volverán a construirlo...

No hay comentarios:

Publicar un comentario