La pasión está dentro de todos nosotros. Dormida, esperando, y aún sin desearlo, sin decirlo, se desata, abre sus fauces y aúlla. Nos habla, nos guía. La pasión nos gobierna a todos y nosotros obedecemos. ¿Qué remedio nos queda?. La pasión es la fuente de nuestros mejores momentos: la alegría de vivir, la claridad del odio y el éxtasis del dolor. A veces duele más de lo que podemos soportar. Si pudiéramos vivir sin pasión, tal vez pudiéramos encontrar algo de paz, pero estaríamos vacíos. Habitaciones vacías, destartaladas y húmedas. Sin pasión... Estaríamos realmente muertos.
Que cierto, esta entrada tiene mucha razón. Un saludo de http://oscuridad-nessi.blogspot.com.es/
ResponderEliminartienes toda la razón. Sin pasión seríamos seres irracionales, actuaríamos por leyes y no por sentimientos. Eso no sería vida, sería auto-suicidio
ResponderEliminarSaludos de la chica de los chicles, que vive apasionada a la pasión(:
http://lachica-deloschicles.blogspot.com.es/