miércoles, 8 de mayo de 2013

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Abril 13 del 2013.
Sé que ya pasó, y que la magia ya no está, puedo verlo, puedo sentirlo, estoy consciente, lo juro, pero no quiero aceptarlo, no estoy lista para hacerlo; aún me duele, aún lo quiero, aún lo extraño.
“¡Él ya te olvidó, supéralo!” Hay algo en esas palabras que no termino de creer.
Y podría estar bien, y podría haberlo dejado atrás hace mucho, pero no lo estoy, y no lo hago; sigo aquí, aferrándome a alguien que no volverá. No lo hará. ¿Cómo me desprendo de algo que ya no es mío?
Aún recuerdo su perfume, ese perfume que me hacía enloquecer, ese perfume que tanto me gustaba; lo identifico fácilmente. Hoy, por ejemplo, pasé junto a un chavo con tu mismo olor impregnado. No sé exactamente lo que sentí, sin embargo, sé perfectamente lo que pensé.
Me lastimaste mucho, ¿sabes? Me has hecho llorar, maldecirte, gritarte, enfadarme; has logrado tantas cosas conmigo, desde lo bueno hasta lo malo. Pero no has logrado hacer que te odie. A pesar de todo, a pesar de lo dicho, a pesar de lo hecho, no te odio, te quiero.

He intentado olvidarte, los resultados han sido inútiles, no lo logro.
Tal vez sea por eso que dicen, “No hay nada que se quede más grabado en la memoria, como la necesidad de olvidar a alguien”.

Abril 25 del 2013.
Y aquí estoy, contemplando tu imagen, interrogando mi mente.
Recuerdo todo lo que pasó, desde que te conocí, hasta que me fui.
¿Qué tal duele? ¿Qué tal extrañas? Me haces falta. Pero no te lo diré. Tú me has olvidado ya, debería hacer lo mismo yo.

Mayo 1 del 2013.
¿Cómo es que lo logras? Es demasiado difícil. No puedo hacerlo. Debo superarte. Por ahora parece ser lo mejor. Pero recuerdo todo, lo recuerdo tan bien; ¿cómo llegamos a esto?
Recuerdo cuando me puse tu chaqueta, dijiste que te encantaba como lucía con ella. Y recuerdo las risas, y esas cargadas a cambio de besos. Recuerdo la lluvia. Y aquellas despedidas. Tú dijiste “nos vemos”, pero no volvimos a hacerlo.
Recuerdo cuando acariciaste mi mejilla y susurraste a mi oído “Te amo”. Recuerdo cuando tomaste mi mano; y el cómo decías verme hermosa. Como nos sentíamos los reyes del mundo entero. Y hablábamos de un futuro, como si tuviéramos un presente. Y esos besos en la frente; me hacías sentir segura. ¿Recuerdas “nuestra canción”? Sonreía cada que la escuchaba. Y te creía, confié en ti. Recuerdo tu mirada y el cómo sonreías cuando estaba a tu lado. Recuerdo cuando tomaste mi cintura para acercarme a ti. Y recuerdo tus regaños y tus juegos; eras tan ocurrente. Corríamos sin cesar, no queríamos que nos encontraran. Y recuerdo ese dos de febrero donde todo se calló. Lo recuerdo todo; tan preciso, tan exacto. Aquel primer beso; y recuerdo tu voz. Y lo nervioso que te ponías. Y sólo escúchame ahora, también yo te amé.



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