viernes, 22 de febrero de 2013

Sin título

Carlos Obregón se suicida el día 1 de enero de 1963...
atrás queda un poema como mudo testigo de un porvenir...
de un instante profético... de un adelanto de lo que habría ser:
la vida tras la muerte se ilumina
y en un umbral de eternidad abierta
desvela su misterio, luz cubierta
por el vuelo que la tarde anima.
Alto el árbol en la brisa se inclina
y su murmullo hacia la mar despierta
palabras de silencio, hondura cierta
que agrava el ser señero en la retina.
La noche sólo es tránsito hacia el día
profundo hallazgo de la luz perdida
tras la muda frontera del poniente,
hallazgo milagroso que confía
ciegamente en el alma redimida
en tersa eternidad, libre y ardiente.
Carlos Obregón



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